domingo, 8 de marzo de 2009

Adiós al Café del Adarve.


' Café del Adarve '
C/ San Segundo, 50  Ávila
Marzo 2009

El pasado viernes 20 de febrero entre copas, música preferentemente de entre los sesenta y los ochenta y una buena dosis de amistad, los asiduos del 'Café del Adarve' ofrecimos una especie de fiesta sorpresa a Cúper, el propietario del local, como preludio del cierre anunciado de este establecimiento casi mítico de Ávila.

Entre los parroquianos, nos encontrabamos un puñado de amigos para recordar que este local, a lo largo de su pequeña pero sustanciosa historia, no sólo ha sido escenario de innumerables conciertos en vivo y en directo, sino también una pequeña sala de exposiciones donde muchos pintores y escultores abulenses han colocado sus obras mucho antes que se generalizara la costumbre de llevar el arte a los lugares de ocio ... Las palabras de un asiduo periodista siempre al pie del micrófono y militante perenne de este faro permanente de la noche abulense, sirvieron también para recordar otra de las facetas más relevantes de este café: su condición como centro cultural alternativo, donde se han presentado decenas de libros y no pocos proyectos culturales.

Cuando un café se muere, algo de una ciudad también se muere. No voy a decir que el Café del Adarve llegara a tener la fama y proyección que tuvo en su tiempo el Café Pepillo, pero sí es justo apuntar que en un momento determinado de la historia reciente de Ávila, el local de Cúper ha sido capaz de representar el estilo de vida, las aspiraciones y, por qué no decirlo, las pequeñas utopías de toda una generación de abulenses, que soñaban con una ciudad de noches de música en vivo, muchas conversaciones en la barra o alrededor de las mesas y una modernidad que siempre parecía escaparse de las manos. Con la historia y las historias del Adarve, sin duda se podría escribir un libro; un libro que podría ser la crónica secreta de los últimos quince o veinte años de Ávila, en noches donde la vida bullía en el interior de este café mientras fuera la ciudad daba la impresión de estar congelada en la noche de los tiempos. Todo eso, y más, se lo debemos a Cúper. A su empuje, a su ilusión, a sus sueños. Larga Vida.

Fragmento del reportaje realizado por Carlos Aganzo en el periódico 'El Diario de Ávila'. (Marzo 2009).


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